jueves, 30 de agosto de 2007

por mi culpa

Por Héctor Barabino

El aumento salarial anunciado por Peralta tras la masiva movilización popular que una vez mas acompañó el Obismo Romanín, dejó un mensaje claro hacia los estatales a quienes el gobierno le traslada la culpa porque tuvo que echar mano imprevistamente a las arcas públicas, a la vez que dió a entender sin tapujos, lo que les espera a quienes pretenden disputarle el poder al Frente para la Victoria.
Además, como suele acostumbar el gobierno a la hora de contar los dineros públicos, no dice toda la verdad respecto de la afectación de los recursos.
Por ejemplo, cuando asegura que el aumento del 22% compromete el 92% del presupuesto y por lo tanto exige echar mano a los fondos en el exterior. No es cierto.
Del presupuesto vigente de $2.700 millones la provincia paga alrededor de $800 millones en sueldos. Esto es cerca del 30%.
Los $203 millones anuales que calcula el gobierno costará el aumento no son tales ya que el incremento es a partir de Septiembre con lo cual solo imputa 4 meses de 2007, mas el medio aguinaldo, esto es alrededor de $70 millones mas de lo que se había pautado.
Es decir, con todo, la erogación en sueldos no superaría los $900 millones, una cifra que no alcanza siquiera al 40% del presupuesto vigente.
Un presupuesto aliviado por los abundantes fondos que llegan de Nación para la mayoría de las obras públicas provinciales, y por las "recaudaciones récord" que tan bien propagandiza el gobierno y que se supone incrementan la coparticipación federal, variable que junto con el aumento de las regalias eleva los ingresos provinciales año tras año. En 2008 seguramente superará los $3.ooo millones.

Eso del lado del que paga.
En cuanto al bolsillo del trabajador hay que dejar en claro que lo que los gobiernos llaman aumento salarial no es otra cosa que una recuperación parcial y siempre retrasada de lo que la devaluación y el costo de vida le arrebataron al valor adquisitivo de los sueldos.
El promedio salarial en Santa Cruz oscila en los $2.000 mientras la canasta familiar duplica esa cifra.
Y mas también, toda vez que los precios que determinan el costo de vida y las mejoras salariales manejan tiempos distintos.
El anuncio diferido a 40 días es letal para un salario indefenso ante la voracidad de los remarcadores. Cuando se haga efectivo el 22% decretado la inflación real ya habrá hecho estragos con los magros salarios de los estatales.
El otro punto es el espíritu que trasuntó el anuncio del gobierno.
"Háganse cargo" parecía estar pensando y sintiendo el gobernador Peralta, cuando decía su discurso, "estamos agotando las reservas", "empeñando las joyas de la abuela", "rompiendo el chanchito", "hipotecando nuestro futuro".
"Rifando la plata en salarios", como señaló no hace mucho la diputada Judith Forstman.

¿Porqué agita fantasmas el gobierno?
¿Lo pensará como una estrategia electoral para que la incertidumbre y el miedo a lo que vendrá se apodere del votante en octubre?
¿Para que la oposición, si llega al gobierno, vaya sabiendo con lo que se va a encontrar: arcas vacías, puertas cerradas, y mucho despecho con ánimo de resarcimiento?
De ninguna manera esta actitud mejora las chances electorales del Frente para la Victoria -que las tiene- ni Contribuye a la gobernabilidad y la paz social que tanto pregona.
Mas bien acentúa la imágen de debilidad y confusión que desde hace tiempo viene mostrando.
Luego del intento criminal de Varizat El gobernador Peralta le dijo a los gremialistas que no estaba dentro de sus posibilidades ni decidir el alejamiento del jefe de policía Wilfredo Roque, ni otorgar un aumento de sueldos a estatales.
Una y otra cosa sucedieron entre el martes y el miercoles siguientes. La credibilidad del gobierno mide bajo cero.
¿Será por eso que busca excusas, preferentemente ajenas, por la crisis que atraviesa la provincia del Presidente que invade las primeras planas de los medios nacionales opacando incluso las candidaturas oficiales?
La gente no tiene la culpa por el portazo que dio Acevedo a Kirchner y a los santacruceños. Ni de la enfermedad sin diagnóstico de Sancho. Ni de los ahorros de existencia incierta con domicilio en el exterior.
No fue por decisión soberana que Peralta esté ocupando un interinato acotado por la presión presidencial y por las facciones internas del Frente para la Victoria que intentan socavarlo porque advierten que comienzan a perder poder y privilegios.
El acto demencial de Varizat, no lo provocó la docente Susana Guillermaz que sobrevive de milagro.
Por eso, el temerario anuncio del gobiero golpea aún más a una sociedad que asiste impávida al espectáculo institucional de un gobierno alterado que desde hace 17 años arremete contra los derechos y las libertades de la población, se lleva por delante la constitución y las leyes, pisotea los valores y la dignidad de las personas, y pasa de lo figurado a lo real, atropellando cuerpos de manifestantes.
Y como si fuera poco, ahora proyecta un sentimiento de culpa hacia los empleados públicos imponiéndoles que su salario pone en riesgo la daministración de una provincia que no tiene gobierno, pero sí muchos culpables.

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