lunes, 14 de abril de 2008

Mentime que me gusta...

Se dieron a conocer los índices inflacionarios del mes de marzo, el cual, para sorpresa (o no) de todos, solo fue del 1,1 %.

Al respecto nos preguntamos: ¿Qué nos está pasando como sociedad que no reaccionamos ante tanta mentira, hipocresía, o falta de registro sobre la realidad de parte de nuestros gobernantes?

Desde hace ya bastante tiempo los funcionarios no dicen la verdad: "Los fondos fueron repatriados", los índices de maravilla del Indec, "Estamos abiertos al diálogo", "pagamos la deuda externa" -¿se acuerdan?- inauguraciones de ficción

Según Wikipedia, " Una mentira siempre oculta en forma parcial o total la realidad, es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa o parcial, esperando que los oyentes le crean [...] Las ficciones, aunque falsas, no son mentiras. Dependiendo de la definición, una mentira puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, o incluso la verdad si la intención es engañar o causar una acción en contra de los intereses del oyente. Mentir es decir una mentira. A las personas que dicen una mentira, especialmente aquellas que las dicen frecuentemente, se les llama mentirosos. Mentir implica engaño intencionado". Interesante...


¿Estaremos viviendo una ficción? ¿Estarán viviendo una ficción y en realidad no nos mienten? Es una buena posibilidad para aquel principio del derecho de "Inocente hasta que se demuestre lo contrario". El problema es que continuamente se está demostrando la falsedad de los discursos, pero no son juzgados de "mentirosos". Salen a hablar en público como si no hubiera pasado nada, como si mentirle a treinta y tantos millones de personas no fuera nada.

Lo llamativo del asunto es la naturalización de la mentira que se observa en la sociedad; Sabemos que nos mienten, lo verbalizamos, pero todo sigue su curso normal, a nadie parece importarle; mientras tanto, nuestros gobernantes manejan con descaro los asuntos del Estado que atañen a todos y cada uno de los habitantes de nuestro País.
¿Qué nos queda por pensar?

¿Cuál es la salida para esta espiral del silencio? en tanto silencio actitudinal.

Es verdad que el ciudadano- consumidor comenzó a tomar más consciencia de sus derechos como tal, pero no es suficiente como para movilizarse para crear un resorte que tenga el peso suficiente para equilibrar la situación que estamos viviendo. Y muchos dirán: Pero la movilización del campo... El conflicto docente!!!

Lamentablemente nuestras ganas de participar y hacernos escuchar fueron socabadas.... es que es más fácil ser el hazme reir del pueblo, y que no pase de ahí, que ponerse el proyecto de país en los hombros y empezar a gobernar para todos, pensando en la inclusión y la diferencia como motores del desarrollo y el crecimiento.

De la columna de Alfredo Leuco en Perfil:

Por sus iniciales podríamos decir que Karl Kraus es un intelectual K. Pero el escritor austríaco dejó entre otras genialidades una frase que puede aliviar la densidad de las situaciones más arriba narradas: “El problema con los políticos es que les mienten a los periodistas y después, cuando leen en los diarios lo que dijeron, piensan que es cierto”

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