Pero fueron. Estuvieron en la calle nuevamente.
Para recordarle al gobierno que esas cosas no se hacen.
Que no había ninguna necesidad de contratar un servicio privado inútilmente costoso y claramente sospechoso, para controlar las carpetas médicas de los docentes porque ellos no son ningunos enfermitos. Mucho menos tramposos.
¿Para qué tenemos “el hospital mas grande de Sudamérica” si le vamos a pagar casi cincuenta lucas a un par de vivos sin consultorio y para que, en sus autos particulares, vayan a las casas de los docentes a controlarlos? ¿Les haga un per-seguimiento?
¿Por qué los funcionarios que decidieron y firmaron el convenio con Lavoro no se hacen revisar por sus médicos de cabecera para que los derive a quien corresponda por esos esporádicos episodios de pérdida de memoria que experimentan cada tanto?
¡No se pueden olvidar tan rápido las cosas! ¿Cuánto hace que por milagro uno de ellos no mató a personas arrollándolas a propósito con su 4X4?
¿Qué es eso de creerse que son el cambio ellos también, solo porque los publicistas de los Kirchner encontraron una frase hecha a medida para venderle al matrimonio presidencial y convencerlos para que a su vez ellos convenzan al resto de los argentinos que son “el cambio dentro del cambio” y no una verdadera reelección conyugal?
¿Otra vez sopa?
¿Insisten con la idea de Cristina cuando se le ocurrió implementar el presentismo “porque los maestros faltaban mucho a sus trabajos y había que pagar dos o tres sueldos por cargo”?
¿O acaso a Silvia Esteban cuando decía “la adosap”, o a Sancho que sentía que lo querían llevar “al desgradio”, o a Varizat cuando insistía con el “renumerativo” o a Fortsman y Bontempo que no sabían contar, también les mandaban el médico a sus casas para ver si realmente estaban bien de salud por las cosas que hacían y decían?
¿O lo van a hacer con el “nuevo gabinete” de Peralta que parece la segunda edición del noticiero “Volver”?
¿Saben qué? ¡A Ustedes habría que mandarles un maestro a sus casas para que les haga un reconocimiento!
Para tomarles una prueba. Para ver si saben, si “aprendieron”, porque seguro se los enseñaron, que a las personas hay que tratarlas con respeto. Y que la desconfianza es falta de respeto. Y que privatizar el control médico para los docentes “exclusivamente” es discriminarlos.
¡Dejen tranquilos a los maestros! Que se tomen una buenas vacaciones para que carguen pilas y vuelvan el año que viene repuestos de este 2007 de locos que los maltrató y nos dejó a todos medios de la cabeza!
Por lo menos a la gente normal, claro.
Tal vez a los gobernantes no les pasó nada por la cabeza en todo este tiempo.
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