viernes, 6 de junio de 2008

Retenciones al salario



El decreto 934 del año 1997 que firman Néstor Kirchner Gobernador y Julio De Vido Ministro de Economía, para no pagar el impuesto a las ganancias pone en evidencia dos cosas.

En primer lugar que cuando el gobierno quiere hacer las cosas las hace. Aún violentando la ley.

Y también que el pago de salarios en negro es una forma de ser del kirchnerismo.

Y la rebelión en contra de los impuestos nacionales, una herencia de su abuelo Carlos

El documento que reproduce el blog es un instructivo sobre como evadir las obligaciones tributarias.

Lo mismo hizo el gobierno con las Sumas fijas no remunerativas que abultaban los sueldos públicos mientras resentían el sistema de seguridad social con el solo objetivo, de comprimir al máximo las erogaciones salariales.

Por estos días muchos empleados públicos, sobre todo docentes y jubilados, están sufriendo la poda de sus sueldos producto de la aplicación de uno de los impuestos más injustos que posee el sistema impositivo argentino el que alguna vez Kirchner prometió cambiar: “vamos a pasar de un sistema regresivo a uno progresivo y justo” discurseaba en tiempos de campaña.

No solo no lo cambió, sino que dilató hasta el límite la elevación de la base imponible.

A mediados de 2005 en plena campaña electoral legislativa, y con los trabajadores petroleros de Santa Cruz movilizados en reclamo por la aplicación del impuesto, el gobierno nacional prometió elevar el mínimo y por alguna razón jamás explicitada dio marcha atrás con la medida encendiendo los ánimos de los trabajadores quienes endurecieron su protesta.

Un nuevo triunfo del Frente para la Victoria ungía a Alicia Kirchner Senadora nacional.

Y las urnas olvidaron rápidamente las promesas y el pedido de la legislatura santacruceña que por orden de Kirchner, había votado por unanimidad solicitarle al congreso de la nación y en particular a los diputados y senadores de Sana Cruz, elevar el mínimo no imponible.

El congreso hizo oídos sordos, el entonces gobernador Sergio Acevedo sin autoridad flaqueaba a la par del deterioro de su relación con Kirchner, y el conflicto gremial se tensaba con enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre trabajadores y policías con el desenlace de un

muerto: el suboficial Jorge Sayago.

Un mes después el presidente Kirchner dispuso subir el piso del impuesto a las ganancias.

Hoy nuevamente se imponen modificaciones que durarán lo que dure la volátil sustentabilidad de los salarios.

¿No es hora de aplicar la solución de fondo y establecer un esquema justo con una base imponible lo suficientemente holgada que no encorsete los salarios y haga pagar a quien mas tiene?

El gobernador Peralta se manifiesta preocupado por la situación que están padeciendo los asalariados indefensos, pero no genera las acciones que al menos intenten frenar el desquicio.

Es una falta imperdonable de los gobiernos que desde que se implementó el tributo al salario, no se haya deducido de él el adicional por zona desfavorable, que en muchos casos elevan al doble los ingresos de los trabajadores.

Si bien se trata de un impuesto nacional que debe modificar el Congreso no se puede desconocer que una expresión de reclamo en este sentido, consensuada entre el gobierno, la oposición, legisladores, y el pueblo de la provincia de la presidenta tendría un efecto contundente en los despachos nacionales.

El Congreso aún no aprobó las modificaciones propuestas por el Ejecutivo quien a su vez permanece en la trinchera librando la madre de las batallas contra el campo.

“Lo que pasa es que a K le preocupa más el tema de las retenciones porque es un impuesto de caja directa, que no coparticipa como Ganancias sostienen los que conocen el estilo K y su modo de ser.

Mientras tanto miles de santacruceños sienten como si fuera un castigo del kirchnerismo la aplicación sin miramientos del impuesto que recorta salarios. Como una despechada retención.

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