viernes, 2 de noviembre de 2007

La gente casi nunca se equivoca



Por Héctor Barabino.

Cada elección deja mucha tela para cortar y la del domingo último arrojó un sin nùmero de datos para analizar pero sobre todo para comprender qué elige la gente cuando vota, en qué contexto lo hace, y con qué argumentos.

En principio cabe marcar dos cuestiones centrales:

En primer lugar que la oposición se hizo mas ilusiones de la cuenta, aunque por el comprensible humor de los derrotados no advierta que hizo una elección razonable dentro de sus posibilidades.

En segundo término surge la advertencia al gobierno de que no debe interpretar el resultado del domingo como un plebiscito a sus malas artes.

El Frente para la Victoria salvó una elección que como pocas veces ocurrió en los últimos años lo mostró nervioso ante la posibilidad cierta de perder el poder.

Hay que convenir que una derrota del partido del gobierno en la provincia del presidente, y de la candidata ganadora a presidente hubiese significado un escándalo polìtico nacional y sin dudas mas alteración institucional en Santa Cruz.

Por eso en su desesperación no tuvo límites a la hora de disputar esta elección resignando incluso parte de su historia al blanquear salarios y convocar a paritarias; eliminar el presentismo docente; simular apertura al diálogo e incorporar a su discurso novedades tales como la necesidad de una “ley ética pública” y de “una coparticipación mas justa”; hablar de acotar la administración como fuente de empleo “con una ley de promoción industrial” y poner a la cabeza de la fórmula oficial a un hombre que no pertenece al mundo Kirchner, aunque siempre está dispuesto a acudir cada vez que a Kirchner se le queman los papeles.

Y esto último, a diferencia de las promesas electorales que quedan en las urnas una vez obtenido el triunfo, es lo que estuvo en juego el domingo y quedó en pié el lunes.

El FVS con Daniel Perata encabezando el gobierno repite la fórmula de darle los votos a un gobierno formal para seguir manejando el poder provincial desde el Call Center de Olivos. Y esto es peligroso, además de reincidente.

Hay que recordar lo que ocurrió con la fórmula Sergio Acevedo/Carlos Sancho, la que pasó a la historia como el gobierno mas votado con mas del 70% de respaldo popular, apenas alcanzó la mitad de su mandato víctima de la relación con el Presidente Néstor Kirchner, verdadero aportante de los votos de Acevedo y Sancho y por lo tanto el dueño del poder real y del gobierno de Santa Cruz.

De allí la imagen aún fresca en la memoria de muchos santacruceños de un Acevedo renunciado sin causas, retirándose de casa de gobierno con las manos en los bolsillos sin mas compañía que la de la corresponsal de una agencia nacional de noticias.
Ni uno solo, de los mas de 50 mil santacruceños que lo votö le fue a pedir que se quede.

La oposición en tanto, hizo una de las mejores elecciones en lo que va del Kirchnerismo si bien los números indican que a Costa lo separaron 20 puntos de Peralta.

Está claro que estamos hablando de una provincia fuera de lo normal adonde los diputados por pueblo tergiversan la proporcionalidad de la cámara, y la ley de lemas desvirtúa la representatividad y se presta a todo tipo de trampas.

En este contexto la UCR recupera una banca y suma tres, y retiene la Intendencia de la capital provincial, mientras que el debutante Encuentro Ciudadano accede a la Cámara ganándole una banca al Frente para la Victoria.

La elección de Pirincho Roquel vuelve a ser apoteótica porque una vez mas vence a un descomunal aparato nacional y provincial dispuesto a “recuperar la intendencia” como les gusta decir a los hombres del FVS, y porque una vez más lo hace con el solo peso electoral de su figura individual mas allá de los aportes de sublemas que sumados no alcanzan a un tercio de la suma total del lema.

Pirincho otra vez ganó con la fusta, en soledad, y por esta razón nuevamente deberá gobernar con un concejo deliberante a manos de la oposición .

El Frente para la Victoria gana esta vez en contra de muchos pronósticos sustentados mas en la ansiedad e indignación de una parte de la sociedad, que en los datos que arroja una realidad que muestra claramente un poder hegemónico montado sobre una ingeniería electoral que va a llevar un tiempo largo deshacer.

Lo demás lo hace el manual de usos y costumbres del FVS en campaña, que es incorregible e intratable.

Pone a su disposición todos los recursos del estado materiales e institucionales, esto es, dineros públicos, vehículos oficiales, la flota aérea oficial, la televisión estatal, el Comando Superior de justicia.
La censura, el apriete, y el clientelismo hacen el resto.

En una sociedad adonde se maltrata la educación, la justicia, y la institucionalidad, obligada a la ociosidad improductiva con empleo público subsidiado pero ineficiente porque el estado es ineficiente; sin debates que fomenten el discernimiento, ¿Cómo se puede analizar el comportamiento electoral del ciudadano sin tener en cuenta el contexto?

Cada elección es lo que resulta y no tiene culpables sino actores y circunstancias.

La necesidad de un cambio no puede superar a la realidad posible.

Por otra parte la sociedad dio muestras de acompañar este cambio, tanto como de que vota mas certezas que incertidumbre, y El voto Cristina, Peralta, Roquel, es la prueba.

La oposición no debe imaginar escenarios voluntaristas que la tengan como protagonista estelar, sino asumir sus propios errores y limitaciones.

Tanto como el gobierno haría mal en imaginarse plebiscitado en sus malas artes.

La firma indigna del convenio con la PAE; el accionar homicida de Varizat.(Por estas horas se habla de los intentos del poder político por liberarlo); el accionar homicida de la policía provincial contra los municipales; la justicia ciega; la Cámara de diputados inútil y facilitadora de los desmanes del gobierno; la escandalosa ley de lemas; el destino incierto de los diezmados fondos en el exterior; la destitución del dr Eduardo Sosa; las paritarias pendientes; la censura retrógrada, y la cartelización de la Obra pública , no fueron convalidados por la gente cuando puso su voto en la urna.

El proceso de agotamiento del modelo kirchnerista es lento. Pero inexorable. ¿hasta cuando van a aguantar las arcas provinciales el saqueo y el desguace?

¿Cuantos empleados públicos mas pueden ingresar como modo de paliar la falta de fuentes de trabajo alternativos?

¿Cuantos obreros de la construcción más podrá seguir trayendo a la provincia el constructor del feudo, Lázaro Baez?

La oposición creyó mas de la cuenta en que podía perder el Frente para la Victoria por la lógica expectativa que creó Eduardo Costa.
Una novedad política que en 4 meses derrotó a la máxima figura representativa radical, freddy Martínez, en un universo electoral de 5 mil votantes; y con el mismo envión pretendió destronar a un imperio de 18 años de vigencia, con la mayor cuota de poder vigente, con un padrón de 160 mil votantes.

El jóven empresario en el camino cometiò errores producto de su precocidad política y de las mañas de los viejos zorros de un partido radical que estä enfermo de internismo.

Las rupturas de Costa con Di Tulio y Arnold, por motivos no explícitos, y el desequilibrio en la lista de diputados provinciales con dos hombres de gallegos a la cabeza, mas la inexistente figura en campaña de un buen candidato como Prades, completaron el menú de la derrota. Solo el sorprendente entusiasmo de Costa contagiaba.

Por lo demás. cuatro años de presidencia K profundizaron el modelo pomposamente llamado Neokeynessiano que en la provincia significa, obra pública impúdica, cartelizada y corrupta, pero también fuente de trabajo para más de 5000 personas la mayoría de ellas provenientes de otros puntos del pais. El padrón electoral sumó mas de 15 mil electores nuevos.

El uso discrecional de los recursos del estado puestos en campaña, los errores de la oposición, y la configuración de un modelo feudal, son entre otras, algunas de las causas que explican el resultado del domingo.
La sociedad hace lo que puede, y vota lo que hay.
Y a veces se equivoca, está en los políticos intentar que esas veces sean las menos.

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